El Síndrome de la Apnea Obstructiva del Sueño es una enfermedad que potencialmente puede amenazar la vida de la persona y que se caracteriza por apneas o hipopneas obstructivas de las vías aéreas altas durante el sueño.
Clínicamente se traduce en una alteración de la arquitectura del sueño, hipersomnolencia diurna, alteración de la función cognitiva, disminución del rendimiento laboral, alteración del carácter, insomnio, depresión o incluso enfermedad cardiovascular (hipertensión arterial, cardiopatía isquémica) o muerte súbita durante el sueño.
Uno de los factores de riesgo es la obesidad. La pérdida de peso se relaciona con una mejoría clínica, así como evitar el alcohol y los fármacos que suprimen el Sistema Nervioso Central.
Cuando el Índice de Apnea-Hipopnea (IHA) es > a 15 eventos por hora o cuando es entre 5-14 junto con secuelas clínicas se debe iniciar el tratamiento.
En casos con enfermedad leve o moderada se pueden tratar mediante la terapia con presión positiva continua en las vías aéreas (CPAP) o con dispositivos orales para protruir la mandíbula hacia delante o para traccionar la lengua anteriormente, alejándola de la pared posterior faríngea. Un 20-40% de los pacientes que inician el tratamiento con CPAP no lo continúan debido a la incomodidad y falta de adaptación.
El tratamiento quirúrgico debe individualizarse en función de la anatomía del esqueleto maxilofacial y de partes blandas del paciente. La cirugía ortognática permite avanzar el tercio inferior facial junto con las partes blandas consiguiendo un aumento del volumen de las vías aéreas superiores y reduciendo el cierre de la vía aérea en la naso-orofaringe durante el sueño.
El avance maxilomandibular es el tratamiento más efectivo (excluyendo la traqueostomía) para el SAOS con unas tasas de éxito entre 96 y 100% en la mejoría del Índice Apnea-Hipopnea por hora. Se trata de una intervención muy habitual en Cirugía Maxilofacial para el tratamiento de las deformidades dentofaciales y trastornos de la oclusión logrando una harmonía facial, una normalidad oclusal, mejoría en la articulación temporo-mandibular junto con un claro efecto estético.